A
mitad de la clase de ciencias sociales anunciaron que la profesora de
Literatura se había retirado, los cual nos daba la última hora del día libre;
era la ocasión ideal para halar con Catherine si se daba la oportunidad al
menos.
En
cuanto tocó el timbre tomó con prisa los útiles y se dirigió de inmediato a los
baños próximos al patio exterior, era la única forma de evitar unos minutos a
Kyle y poder hablar tranquilamente con Cat; entró en los haceos y se miró en el
espejo destartalado de la pared; no tenía muy buen aspecto, posiblemente por
haberse desvelado.
Pese
a que estaba bastante fresco se lavó la cara y se mojó un poco la cabeza, y
utilizando sus propios dedos como sepillo se acomodó el pelo de manera que
quedara un poco más presentable, de inmediato se dio cuenta de lo ridículo que
estaba haciendo y de lo evidente que sería al haberse mojado una tarde tan
fría; pero ahora ya no podía arrepentirse.
Cuando
regresó al pasillo comprobó que no había nadie, muchos aún estaban en clases y
los que como él tenían las últimas horas del día libre se habían retirado o
habían concentrado en la biblioteca para ponerse al día con algunos de los
deberes dejados por los profesores, de pronto sintió remordimiento por las
tareas extras que la profesora de matemática le había enviado, ahora que estaba
más calmado le había parecido injusto que solo por ya haber terminado su tarea
le enviaran a hacer más.
Salió
por las puertas principales, con una sensación de vacío en el estomago que se
estaba volviendo muy familiar, más allá de las escaleras estaba ella esperando
y charlando animadamente junto a Virginia; en cuanto me vieron acercarme se
despidieron rápidamente y Cathye se quedó sola; hoy estaba particularmente
bonita con un lazo rosado sujetando su cabello y un saco a tono.
– Hola
Se
podía leer en sus ojos la vergüenza que había pasado unas horas antes,
seguramente Virginia la había estado molestando al respecto; pero él era el
único culpable y no había forma de cambiar lo que ya había pasado.
– Disculpa lo que pasó en clase, no fue mi
intención
No
estaba muy seguro de que fuera una disculpa formal, pero él gesto que hizo con
los hombros me dio ánimos para continuar
– Necesitamos hablar – agregué con un hilo de
voz, controlando los nervios y la tensión.
Me
miró en silencio, como si las palabras sobraran, aunque resultaban muy
necesarias; tenía muchas cosas para contarle, y muchas preguntas para hacerle,
además, según el niño de mi sueño debían acompañarme a un sitio del cual ni
siquiera estaba seguro que existiera.
– Que bueno que nos tocó la última hora libre
– agregó con su tono calmado dándome la oportunidad de iniciar la charla,
aunque no estaba muy seguro de cómo debía empezar; no quería parecer demasiado
brusco pero quería evitar haberme hecho ideas de una mala impresión.
– Lo que sucedió la otra noche – traté de
comentar
Pero
reaccionó con un gesto de los más extraño, como si nos estuvieran mirando con
atención y temiera hacer algo de lo que se arrepintiera toda su vida.
– no se que fue – agregué
Definitivamente
no me había explicado de la mejor manera porque ahora me miraba de otro modo,
como si la hubiera insultado y además hubiera atropellado a su mascota
favorita.
– ¿Qué quieres decir?
– Quiero decir, no se que significó para ti
¿Por
que nunca enseñaban este tipo de cosas en vez de aglomeraciones demográficas?
Sin duda le sacarían mucho más provecho a las horas de Ciencias sociales.
– Por mi estuvo bien
Ahogó
las palabras con una sonrisa y un además que permitió que su cabello se
abanicara, no había quedado nada en claro, pero al menos no estaba molesta y
eso le daba esperanzas.
– Si, ya lo creo
Sin
dudas no podrían sacar nada más de aquel tema, aunque no estaba muy seguro de
si habíamos “quedado” o no, de todas manera la situación se estaba convirtiendo
en algo muy vergonzoso, y era mejor cambiar de tema.
– ¿Si quieres nos sentamos? – Agregué mirando
los bancos junto a las ventanas de las aulas vacías de nuestra derecha,
aquellos que estaban junto al salón de literatura ahora desocupado – Tuve otro
sueño extraño.
De
pronto la tensión se esfumó, ella sonrió nuevamente y juntos fueron a sentarse,
como si nada hubiera pasado y fueran amigos de toda la vida; quizás más que
amigos.
En
unas pocas palabras le contó todo lo que le había sucedido en su sueño, omitiendo
claro el principio en donde ella y él aparecían tomados de la mano, algo le
advirtió que seguramente ella no disfrutaría tener nada que ver con sus
habilidades para controlar los sueños, pero marcó con atención el hecho de que
se juntarían cinco de los guerreros en un lugar de sueños o algo parecido, esto
es lo que más los desconcertaba hasta el momento.
– ¿Conoces algún lugar así? – me preguntó –
¿Algún lugar como los que has soñado?
– No, para nada – agregué mirando mis manos
sin saber que decir
Jamás
había estado en una playa adonde el agua fuera roja o en un sitio lleno de
lava, y seguramente eran más pesadillas que sueños. Pero de pronto alguien
apareció corriendo por las puertas y se acercó a ellos
– ¡Dylan!... disculpa, pero iremos a jugar
fútbol a la plaza ¿No quieres venir?
– No, hoy no puedo – pero la frase había
sonado muy comprometedora
Sentía
la presencia de Cat esperando algo más ya que él la miraba a ella con cierta
complicidad reflejada en la expresión; debía distraerlo un poco.
– ¿Por que no van a jugar a la cañada?
– Está demasiado frío, y no queremos mojarnos
si la pelota cae al agua, de todas maneras si terminas – Guardo un segundo de
silencio mirando con atención a Catherine – Estaremos allí hasta las diez,
puedes darte una vuelta si quieres
– Si, quizás lo haga – ya se estaba yendo
cuando recordó algo importante – Hey, Stevens, irá Kyle con ustedes
Por
un minuto tuvo la esperanza que le contestar que sí, pero se estaba
acostumbrando a no hacerse demasiadas ilusiones.
– No; me dijo que iría a jugar a su casa con
alguien un juego de los que le trae su padre
La
respuesta le heló la sangre, Cathye lo miraba con interés, cuando de pronto se
le iluminó la cara y su sorpresa fue sustituida por una sonrisa
– ¿Qué te sucede? ¿Tienes que marcharte?
– No, acabo de descubrir cual es el lugar del
que me hablaba ese niño, no Stevens no, él de mis sueños – Agregó cuando ella
lo miró preocupada – La cañada que pasa por el valle, tiene que ser allí; Todo
mundo dice que cuando llega la primavera es como un cuento de hadas o como un
sueño; ¿Donde más podría ser?
Ahora
que la idea le palpitaba en las venas de la frente parecía algo completamente
claro y se preguntaba por que no se había dado cuanta antes; él mismo había
estado allí muchas veces y siempre que pudiera regresaba aunque fuera a estar
un rato en paz consigo mismo.
– ¿Y piensas ir hasta allí?
– Claro que si, no es demasiado lejos – ella
lo miró asombrada, cuando menos tendrían media hora de camino a un paso ligero
– Vamos, ¿O tienes algo mejor que hacer? ¿No quieres salir de dudas? Podremos
regresar antes que oscurezca.
Ella
estaba asintiendo cuando escucho que su hermana lo llamaba, estaba llegando a
su lado junto a Melany, ahora recordaba que si él iba ella tendría que
acompañarlo, no era una travesía exactamente segura, él mismo se había luxado
un tobillo en una ocasión, y su hermana está ahora a su cuidado.
– Hola Mel, oye Sophye, tenemos que ir hasta
la cañada del valle; ¿Tú irás a casa de Mel hasta que regresemos?
– En realidad Mel vendrá a casa con nosotros –
he hizo énfasis en las últimas palabras – Mamá dijo que te acompañara y
fuéramos juntos a todos lados
Esto
se estaba volviendo algo fuera de control, una cosa era ir a solas con Cat, lo
que sin duda hubiera disfrutado ya que habría tenido más oportunidades de
charlar, incluso quizás la besarla nuevamente; pero su hermana ya era un tema
aparte, y encima la acompañaría Mel; nada podía resultar peor, o por lo menos
eso pensaba cuando apareció Kyle.
– Hola, ¿Qué es esto, se están reuniendo y no
me invitaron?
– No, pero hoy no podré ir a tú casa, tenemos
que ir hasta la cañada
– Pero si él partido será en la plaza
– No iremos al partido – Agregó Cat
De
pronto pareció que Kyle había comprendido algo que a Dylan se le había pasado
por alto.
– Ya veo, espero que vosotros dos la paséis
bien – dijo mientras hacía una ridícula reverencia como su fuera un caballero
medieval.
– Mel y yo también iremos – Agregó Sophye, y
los ojos de Kyle se iluminaron
– ¿Puedo ir?
Su
actitud había cambiado de inmediato y se había erguido en toda su estatura,
aunque aún le llevaba unos centímetros; no tenía motivos para impedírselo,
además era obvio que el hecho de que Melany viniera con nosotros era un factor
muy importante y de su pleno interés
– Por mi está bien, pero partamos ya antes que
sea demasiado tarde
Melany
también se mostró mas alegre a emprender el camino acompañada por las locas
anécdotas de Kyle, pero de pronto Alan, un compañero de la clase de su hermana
los alcanzó
– Hey Sophye, quieres venir a casa, alquile
unas películas para ver con unos amigos
– Hoy no puedo, tengo que ir con mi hermano al
valle de la cañada – agregó poniéndose inexpresiva, algo bastante poco común en
ella que resultaba abierta y simpática con todo él mundo
– ¿De verdad? ¿Puedo acompañarlos?
– Claro que no, tienes que ir con tus amigos a
ver esas películas ¿o no?
No
supo bien por que, pero sin duda a su hermana este chico no le caía nada bien,
jamás la había visto tan seria, ni siquiera cuando se enfadaba; se ve que Alan
también percibió el peligro, así que se disculpó rápidamente y se alejó a
largos pasos; de pronto sentimos como si todos tuviéramos urgencia por partir,
y emprendimos él camino.
No
conversamos demasiado, todos estábamos ensimismados, excepto Kyle y Melany que
charlaban animadamente, Sophye los miraba complacida y de vez en cuando
participaba de la charla; mientras tanto Cat y yo íbamos a la cabeza bastante
cayados. De pronto me dijo algo como si fuera un simple comentario sin
importancia
– Somos cinco
La
observación era inocente por donde se lo mirara, ni siquiera mi hermana que la
había escuchado comprendió a que se refería, pero me había dado cuenta de
inmediato; “cinco guerreros llegaran hasta mi”.
Si,
eran cinco, pero también había que considerar que era una enorme casualidad, él
solo pensaba ir con Cat; los demás jamás habían estado en sus planes; no se
había atrevido a revelarle sus sueños a Kyle o a su hermana; sin embargo ahora
que lo pensaba ya había sospechado de Sophye cuando se había curado tan
rápidamente esa mañana; y Kyle, seguramente su habilidad tendría algo que ver
con su buen oído, ya le había demostrado lo inusual que resultaba y lo útil
para espiar a personas, incluso con una pared de por medio.
Cat
y él eran obvios porque ya habían charlado al respecto; ¿Pero que tenía que ver
Melany en todo esto? ¿Ella también tendría alguna habilidad oculta? ¿Cuál
sería? O quizás pudiera leer la mente como él, se volvió de manera descuidada
para observarla pero estaba distraída en la charla.
– Si, somos cinco – agregué absorto en esos
descabellados pensamientos y continuamos el viaje escuchando a Kyle como había
vencido al villano nivel 12 de su “Mutilador” para PC.
Lo
primero que advertimos para saber que estábamos llegando fue el sonido del agua
corriendo entre las piedras, poco después pudimos ver el llano donde el valle
aún conservaba su verdor. Pese a encontrarse bastante adentrado el invierno,
esa era una de las cualidades mágicas de ese valle; era como si el otoño y el
invierno nunca llegaran por completo a aquel lugar.
En
fila cruzaron el pequeño puente de madera que unía ambos lados y se quedaron
admirando aquel sitio, siempre provocaba el mismo efecto en sus visitantes, sin
importar cuantas veces hubieran estado allí; por eso era tan frecuente entre
los escasos turistas que visitaban el pueblo, normalmente de lugares cercanos.
– ¿A que hemos venido hasta aquí? – Preguntó
Melany largando un suspiro mientras Kyle seguía mencionando sus habilidades en
la computadora – a sido un camino bastante largo.
No
lo sabía, simplemente no tenía idea de que esperaba encontrar en ese lugar,
solo había ido hasta allí, confiando en un niño desconocido con el que había
soñado; debía estar loco por haber hecho semejante cosa; pero ahora estaban
allí y no tenía caso regresarse de inmediato.
Se
sentó en silencio sobre el pasto junto al agua, y tomando unas piedras las
arrojó con fuerza tratando de hacerlas picar sobre la turbulenta superficie, no
tuvo mucho éxito y se hundían sin remedio. Cat se sentó junto a él, bastante
cerca como para que se pusiera nervioso, y le tomó la mano.
Solo
por eso, sin lugar a dudas, había valido la pena el viaje, aunque tuvieran que
regresarse sin haber encontrado a ningún chico rubio.
A
su derecha los demás los imitaron, su hermana le dirigió una amplia sonrisa de
satisfacción antes de ponerse a charlar con Mel y Dylan sobre las clases de ese
día
De
la nada apareció una pequeña ardillita que nos miraba con curiosidad; de pronto
se acercó hasta nosotros más curiosa de lo habitual, ya que estos animalitos
solían ser desconfiado por los chicos agresivos que frecuentaban esta zona.
De
pronto detrás de ella apareció una segunda ardilla, seguida de lo que parecía
un pequeño puercoespín; al momento unos pájaros pequeños y azules se acercaron
y volaron hasta posarse en los hombros de Melany quién quedó sorprendida.
Poco
a poco varios animales de la selva empezaron a surgir de todos lados y se
acercaban nosotros, pero en particular estaban encerrando a Mel.
Aunque
un poco nerviosa por el inesperado comportamiento de esos animales, los cuales
Kyle miraba con los ojos entornados, mi hermana con una sonrisa complacida los
tomaba en sus manos y los acariciaba con cariño.
Sin
duda algo que era completamente inusual estaba ocurriendo, fue tan inesperado
como un balde de agua fría, de alguna manera esa era su habilidad, tendría algo
que ver con los animales.
Mi
hermana seguía sonriendo mientras trataba de tomar alguno de aquellas ardillas
peludas que andaban a su lado; y aunque al principio desconfiaban terminaban
convenciéndose de que no les haría ningún daño.
– Mel siempre es así, su casa siempre está
llena de animales perdidos que van hasta allí, desde que la conozco nunca vi
que el perro de Alan la atacara, y has visto lo bravo que es.
Ahora
todo estaba claro, los cinco tenían alguna especie de habilidad, estaba reunido
en un lugar de sueños, sobre todo ahora que un montón de animales los rodeaban,
solo faltaba que el niño apareciera; por un minuto miró el camino que venía del
lado del pueblo pero no vio a nadie, sin duda se había equivocado.
Cat
lo miraba a los ojos, estaba contenta rodeada de esos animales, el más incómodo
era Kyle que parecía no llevarse bien con estos peludos amigos que le estaban
quitando la atención de Mel; pero fuera de eso todo estaba en perfecta calma, y
podía haber seguido así si no hubiera comenzado a soplar un viento
irregularmente fuerte he inesperado que espantó de inmediato a todo los
animales.
Miraron
a uno y otro lado pero la luz del sol aún se colaba sin dificultades entre las
ramas de los árboles; Dylan estaba atento en las ondas del agua cuando algo lo
sorprendió y no pudo evitar llamar la atención de todos para que miraran lo que
sucedía.
Un
pequeño remolino se estaba creando frente a ellos arrastrando consigo pequeñas
piedras y hojas desperdigadas hasta que una gran burbuja comenzó a surgir ante
sus propios ojos, y dentro; como si todo aquello no fuera lo suficientemente
inexplicable, sonreía un niño con el pelo rubio matizado por destellos
plateados, y una mirada perturbadora con sus pupilas doradas; simplemente
estaban aterrados.
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