domingo, 29 de enero de 2012

La visita a Margye (Cáp. 10)

Las clases de ese día no pasaban lo suficientemente rápido, miraban constantemente los relojes pero parecía como si el tiempo se hubiera detenido o que las baterías se hubieran terminado; lo que provocaba miradas furtivas hacía Catherine que no comprendía que sucedía hasta que Kyle le preguntó se ella no tenía nada que ver con que el día se hubiera vuelto inesperadamente tan largo y lento; de manera que logró ofenderla durante las siguientes horas en la que no les dirigió la palabra; aunque Kyle solo comentó que no le había respondido por lo cual quizás estuviera demorando las cosas a propósito, con lo cual enfado a Dylan.
En la siguiente ocasión que se encontraron fue Dylan quién buscó ser más cortés que su amigo; pero estaba igualmente preocupado por lo interminable que ese estaban volviendo las clases. Le preguntó si no podía usar sus habilidades para que el tiempo fuera más aprisa, se defendió de inmediato diciendo que no sabía como hacerlo, y que no creía que fuera a funcionar, aunque ella quisiera intentarlo, ya que normalmente el tiempo solo se movía más rápido o despacio solo para ella.
 – Solo te he preguntado, no lo tomes a mal – aclaró Dylan antes que ella se enfadara con él
Pero por suerte el tiempo, lento o no, siguió su curso y las clases terminaron, prácticamente llegaron todos juntos a las puertas de la biblioteca, donde habían planeado reunirse para marchar desde allí.
El único inconveniente fue la inesperada aparición de Alan que sacó de sus casillas a Sophye, y Dylan tuvo que intervenir, al final se marchó muy enfadado mandándolo a meterse en sus asuntos y que nadie lo había llamado
 – Es mi hermana – le gritó en el pasillo, lo que provocó miradas curiosas de varios alumnos, y por supuesto, que Alan se enfadara aún más.
Se quedaron en silencio esperando que no hubiera más inconvenientes, y finalmente, con cada vez más dudas en sus cabezas, caminaron bastantes callados siguiendo a una dubitativa Melany que se estaba preguntando que tal sería “llegar a casa de su abuela con varios muchachos desconocidos para ella, alegando tener habilidades especiales”.
De momentos esperaba estar confundida y que su abuela se echara a reír como una loca preguntándole que le había hecho pensar que ella podía ayudarlos, que solo había estudiado en un libro o algo así los remedios hechos a bases de plantas.
Más allá de algunos comentarios aislados sin enfocarse en ningún tema en particular, la travesía fue silenciosa y bastante lenta, y por suerte no muy larga, aunque la casa quedaba en las afueras de la ciudad. Cuando se acercaron vieron que no estaba muy cuidada y la pintura estaba necesitando con urgencia unos retoques, pero tenía dos pisos debiendo ser bastante espaciosa, y un patio inmenso del que sobresalía un invernadero tan grande que apenas quedaba un pasillo estrecho entre las casa de los vecinos y él.
Melany llamó a la puerta dos veces antes que una señora de no menos de setenta años los atendiera apareciendo repentinamente por un lado de la casa.
La sorpresa fue general, parecía una bruja, moderna de algún modo, tenía ropa negra de pies a cabeza, contrastando con un pelo blanco no muy cuidado que caía hasta la cintura; algo que parecía una boina vieja y raída le coronaba la cabeza, tenía unos lentes de armazón antiguo que le ampliaban un poco el tamaño de los ojos; varios juegos de pulseras adornaban sus manos delgadas cargadas de anillos y un relicario sobresalía de una cadena corta en torno al cuello, que parecía haber sido remendado por ella misma hace poco tiempo.
Pese a eso, al parecer su carácter era amable y los hizo pasar con una sonrisa hasta el comedor, un perro consumido velaba en una esquina incapaz de ladrar; se limitó a mirarlos fijamente antes de regresar a sus sueños.
Como lo aparentaba de afuera el lugar era bastante grande, pero estaba lleno de muebles completamente cargados de plantas, macetas y libros bastantes viejos; muchos frascos con diferentes ingredientes se veían a través de las ventanas de un mueble particularmente deteriorado, sin saber por que, a Dylan le dio la impresión de que estaría bajo llave.
Pese a revisar todo él lugar con la mirada, hubo una cosa que lo sobresaltó, en la mesa estaban dispuestas más sillas de la que habitualmente habría, ya que al menos dos de ellas no pertenecían al juego, fue él primero en notar que eran seis.
 – ¿Le habías dicho cuanto vendríamos?
Le susurro a Melany por la comisura de los labios cuando tomaba asiento entre Catherine y su hermana como si fuera algo de lo más normal que esperara a cinco invitados.
 – Para nada, solo le dije que vendría con unos amigos
A estas alturas todos estaban al tanto de la conversación menos la abuela que se había desaparecido tras una puerta que posiblemente diera a la cocina, al rato regresó con una tetera grande que emitía una estela de vapor aromatizada como si acabara de estar a punto, y una fuente con varias tazas y platillos que parecía estar preparada de hacía rato; hasta ahora las cosas estaban siendo razonablemente normales y bordeando los limites de las casualidades, pero cuando habló todos se dieron cuanta de que definitivamente estaban ante alguien con un don.
 – Solo he preparado el té, supuse que ustedes traería unas ricas masas con chispas para acompañar la merienda, me encantan, de no ser así tendrán que disculparme por no tener más que pan y jalea.
El único que no pareció desconcertado fue Kyle hasta que Sophye tomó el vol y lo abrió frente a todos dejando que el perfume de las masas caseras que había hecho se desparramara por la habitación, tapando si era posible, los perfumes de las hiervas aromáticas que provenían de todas las macetas que colgaban de las paredes y el techo.
Se miraron unos a otros sin saber como dar inicio a la charla, hubiera sido demasiado brusco comenzar de inmediato a realizar preguntas incómodas pero tampoco se les ocurría nada corriente de que hablar; de tal manera la dejaron servir el té en los posillos y acercarlos a cada uno
Sin que nadie le comentara nada al respecto, iba agregando diferentes medidas de azúcar a las tasas; Dylan comprendió cuando a la de Sophye no le echó nada, que era lo que sucedía; ella sabía cuanta debía echarle a cada tasa, porque su hermana le gustaba el té amargo, una de las cosas que nunca había compartido con ella, esto fue evidente cuando a la suya le echó al menos dos cucharadas más que al resto.
 – Así que habrán tenido algún motivo para venir a visitar a está pobre anciana – comentó al fin provocando una reacción de incomodidad en todos los presentes – eso salta a la vista, después de tanto tiempo que no te veo – aclaró como si fuera algo normal para iniciar un dialogo
Melany cruzó las manos sobre su falda y miró con atención el té que tenía delante, sin duda la culpa le estaría jugando un mal momento, porque la sangre le subía por el rostro y se ruborizaba, Kyle la miraba desde el otro extremo con atención.
 – yo…
Trató de iniciar una respuesta sin tener verdaderos motivos que la justificaran, pero la abuela resultó indulgente y no la dejó terminar.
 – Te comprendo, tus padres no querían que vinieras y está bien que les obedecieras, ellos me consideran un poco extraña últimamente; sin embargo aún no me has dicho el motivo de está agradable visita, trayendo a todos tus amigos.
Un solo pensamiento cruzó por la cabeza de Dylan como si se tratara de algo indiscutible. “Si supo cuantos vendríamos, adivinó que Sophye tenía masas con chispas e incluso cuanta azúcar les gusta en el té ¿Como es posible que no sepa a que hemos venido? A menos claro que los estuviera probando de alguna manera.” Por desgracia para Dylan a Margye le brillaron los ojos y lo miró directamente, durante un instante temió que ella…
 – Si, no siempre, pero suelo hacerlo, si…
Dylan fue el primero en comprender que sucedía, pero Sophye y Catherine hilvanaron que se había llevado a cabo una charla sin palabras y miraron a Dylan con un renovado interés
 – Más que nada es porque están protegidos – agregó como si estuviera hablando del buen tiempo que hacía afuera – por eso y porque están muy confundidos, solo si tienen pensamientos claros y definidos puedo llegar a interpretarlos. Ha… casi lo olvido, ese pensamiento tiene que estar necesariamente dirigido hacía mi de alguna manera.
La advertencia fue muy clara para Dylan y los demás, rápidamente se dieron cuenta que no podían pensar algo de ella o se daría cuenta, sin importar que fuera… De inmediato Kyle dirigió la mirada al techo, seguramente estaba observando algo en particular que no debía ser percatado y había cambiado de dirección lo que pensaba.
 – Aún así – agregó con una voz cansada – poco a poco se debilitan mis destrezas y me resulta cada vez más difícil – acotó mirando el repentino cambio en la actitud de Kyle – y como además alguien los protege, los oigo muy distorsionados como una radio mal sintonizada, como si hablaran desde muy lejos, solo tú – añadió señalando a Dylan – organizaste tus pensamientos lo suficiente como para que los percibiera; y claro está, también lo hizo Melany ayer por la noche cuando tuvo la amabilidad de llamar para saludarme
La primera reacción de Dylan fue recordar la charla con su hermana de esa mañana; en ambos caso él había sido el nexo común; o… ¿Sophye tenía habilidades como la de esta señora? Por suerte pensó estas cosas mezclándolas intencionalmente con el decorado de la casa…
Fue claro que desde la llamada de Melany ella ya había previsto de alguna manera cuantos serían, aún así no explicaba como había estimado tan oportunamente que tan dulces preferían el té.
 – Eso es muy sencillo – agregó cuando Sophye le preguntó al respecto – también poseo una habilidad intuitiva para conocer medidas y proporciones, las utilizo para preparar los remedios que manipulo; junto a mi habilidad para distinguir las propiedades de las plantas me han ayudado a sobrevivir con mi modesta jubilación. Aunque no sea una curandera de pleno, porque las personas desconfían de mis yuyos – agregó más para si que para ellos – soy una buena veterinaria alternativa.
Era una revelación tras otras, todos estaban asombrados y los emocionaba escuchar a está noble mujer que resultaba tan abierta hacía ellos, pero Dylan tenía un interés especial en ella, parecía tener al menos una de sus habilidades.
 – Quisiéramos saber – trato de organizar sus ideas y ambiciones personales con la intención general de esa reunión – como supo cual era su don y como consiguió dominarlo
El silencio fue tan espeso que podía sentirse al respirar, todos aprovecharon a tomar un sorbo de sus posillos de té y probar las masas de Sophye, cuando ella de pronto comenzó.
 – Fue hace mucho tiempo, se que a los niños de hoy no le gustan la historias de los viejos – agregó rápidamente al ver la cara de Kyle que se contraía – pero como a eso han venido, no puedo dejar que se marchen sin saber nada.
“Tenía unos 12 años cuando comprendí que me pasaba algo raro, pero como era niña no le daba importancia, podía escuchar una vocecita lejana dentro de casa sin saber a quién pertenecía, hasta que descubrí que era del perro que teníamos en casa, mis padres creían que era porque vivíamos en él campo y no tenía muchos amigos, pero yo era feliz hablando con Doggy… así de llamaba.
Un día mientras paseaba cerca de un bañado que estaba detrás de los campos de Papá, se apareció frente a mí un niño pequeño, era rubio y con unos ojos muy extraños…”
 – ¡Elliott! – Exclamó Catherine por lo bajo sin poder contenerse
“o si – agregó entusiasmada – así creo que se llamaba; él se presentó y fue muy amable, me dijo que quería ser mi amigo porque yo era una persona muy especial. Nos vimos casi todas las tardes a partir de ese día, mis padres creyeron que me estaba volviendo loca cuando les contaba de mi amigo, sin duda creían que era un amigo imaginario; pero yo sabía que él era un ángel, un ángel de verdad que podía hacer cosas maravillosas; me ayudó mucho, me enseñó que yo también era capaz de hacer cosas que la gente común no podía y se saber cosas que otros no sabían.
Como ya dije, lo visitaba a diario, pasábamos varias horas juntos y luego regresaba a la casa; mis padres me seguían algunas veces, pero él no se presentaba si ellos estaban cerca, él lo sabía todo aunque nunca me decía mucho – y agregó para sí – recuerdo que tenía una extraordinaria seguridad en si mismo que me fastidiaba – Dylan sonrió –.
Cuando cumplí los 15 ya sabía que él era un ángel especial, ya que seguía siendo el mismo niño que había conocido años antes; y quería estar con él siempre, me había enseñado cosas maravillosas que jamás hubiera aprendido en la escuela o en cualquier otro sitio; pero ese día de mi cumpleaños, luego de charlar un buen rato me dijo algo de lo más triste.
 – Mañana no podremos vernos – había comentado con esa vocecita que todo lo sabía, como si nunca se hubiera equivocado – Tú partirás para la ciudad y no nos volveremos a ver por mucho, mucho tiempo, pero deberás recordar todo lo que has aprendido y nunca por ningún motivo deberás divulgar lo que puedes hacer o la gente te lastimará…
Yo protesté y le dije que era imposible, que no me marcharía, que me quedaría con él, pero solo decía que las cosas seguirían su camino como siempre lo habían hecho”
 – Que ciertas fueron tus palabras aunque no lo comprendí en ese momento, jamás debí decir de lo que era capaz a nadie; cuando mi hermano nació le conté estas cosas; él era un niño y estaba encantado con la idea, pero cuando creció me dijo que siempre le había mentido y una de esas veces peleamos y se marchó en busca de trabajo en otra ciudad, no lo he vuelto a ver desde entonces
Hizo una pausa para tomar un respiro y se llevó el pañuelo a los ojos, seguramente el recuerdo aún le dolía.
 – Hace unos cinco años se lo conté a tus padres, y no te he vuelto a ver desde entonces – agregó dirigiéndose a Melany
“Hay otra cosa que recuerdo de sus enseñanzas. Me dijo que no estaba sola, que en el mundo había siete personas como yo, que quizás encontrara alguien en algún momento o a lo mejor nunca me diera cuenta; pero que si algún día veía a muchos como yo reunidos era porque pronto él vendría a despedirse, antes que una batalla terrible por el destino del mundo terminara.
Al principio pensé que era una broma, pero él lo repitió en varias ocasiones para que lo recordara; y él no bromeaba, nunca pensé que ese momento pudiera llegar, y aún espero que nunca llegue, nunca me encontré con los otros guardianes de la sangre como él nos llamaba, pero eso siempre fue algo bueno para mi, no quisiera pasar por otra guerra, aunque fuera solo una niña aún recuerdo lo mal que mis padres lo pasaron; fue uno de los motivos para mudarnos luego que terminara.”
Melany trató de hablar pero su abuela la detuvo con un movimiento mientras todos terminaban de tomar el té y comían sus masas
 – Imagino que estos chicos han descubierto tú habilidad con los animales. No te preocupes, Veldye Wotty me lo dijo luego que lo cuidaras aquella noche. Sí, los animales lo sabían hace tiempo.
Todos la miraban desconcertados recordando el perro que Melany había cuidado en una ocasión en lo que probablemente fuera aquel mismos lugar donde ahora se encontraban, las palabras le llegaban como un repiqueteo de lo que había contado cuando regresaban de la cañada del valle
 – Como decía, no debiste andar demostrando tus poderes en público – la retó de manera cariñosa – espero que estos jóvenes sean de tú entera confianza
Agregó hablándoles a los demás con un tono un poco mas duro y que sonaba inusual en ella
 – Se habrán dado cuenta que si lo cuentan por ahí sería muy peligroso para ella, ustedes no querrán hacerle daño ¿Verdad?
 – En realidad – Agregó Melany tímidamente – todos nosotros tenemos algún tipo de…
Pero no pudo terminar la frase ni falta que hizo, Margye había abierto sus ojos de par en par completamente estremecida por un pensamiento que le recorría la sangre; se veía muy atemorizada
Dylan adivinaba por qué sin ninguna dificultad, ya que tenía fresca en su mente la advertencia que él ángel le había hecho hace tanto años “si algún día veía a muchos como ella reunidos era porque pronto Elliott se despediría, antes que una batalla terrible por él destino del mundo se desatara”.
Con un ligero temblor en las manos se levantó de una manera bastante precipitada y salió de la sala inmediatamente, todos aguardaron en silencio sin saber como reaccionar ante eso, sin duda habían descubierto una pieza importante del rompecabezas, pero la imagen que se formaba no les producía ninguna gracia, es más, todos estaban un poco atemorizados ante las revelaciones que acababan de escuchar.
Cuando Melany comenzó a procurarse, ella regresó con un pequeño caldero de vidrio, como una olla en miniatura, parecida a las que usaban en química, pero no tenía ninguna similitud a las probetas que estaba habituado; colocó en completo silencio un mechero en medio de la mesa, un soporte y el extraño cuenco sobre el armazón; trozó con las manos varias hierbas que despedían un fuerte fragancia y unos polvos, que según parecían eran hojas secas machacadas con anterioridad.
De pronto comenzó a elevarse un humo perfumado que ella miraba con absoluta atención, de vez en cuando agregaba algún ingrediente y exclamaba frases como ”no es posible” o “no debía ser así”.
Finalmente sacó de un bolsillo un frasco labrado y muy pequeño que parecía una reliquia antigua sellado con cera y un pequeño corcho, en cuanto lo destapó un sonido reconfortante como de agua que corre entre las piedras con una corriente muy fuerte inundo todo el lugar, y precipitó el contenido en el recipiente de vidrio.
De manera inusitada produjo un fuerte estallido que tomó a todos desprevenidos logrando que se tambalearan en sus sillas; se levantó una bola de humo que de dividió lentamente en 7 figuras de humo que daban vueltas de manera irreconocible pero humana; cada una de las figuritas sacó un poco de su propio humo y formaron una figura en el centro de la rueda; la figura del medio de formo lentamente y levanto sus brazos en miniatura y produjo luz, una luz incandescente como de un flash que disolvió a todas las figuras que la rodeaban, cuando el resplandor desapareció solo quedaba la figura central que se desvanecía lentamente mientras cambiaba de colores.

1 comentario:

  1. Hey ya van 1847 visitas!, deberia haber subido 18 capitulos mas!

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